Después de los días festivos que Marruecos ha considerado para mantener cerrado el puente del Biutz por el fin del Ramadán, ayer volvió a abrir sus puertas. Nuevamente llegan las colas en la frontera, los problemas con los horarios y una playa ocupada por porteadores que esperan su oportunidad de cruzar al país vecino.
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